Las basuras marinas son elementos producidos por el ser humano, que han sido desechados, depositados o abandonados en ambientes marinos y/o costeros, incluyendo materiales que han sido transportados hasta el mar a través de diferentes medios como los ríos, la escorrentía, el alcantarillado o el viento.
Su origen puede ser muy variado: terrestre, que se producen en tierra y son transportadas hasta los océanos, como son los deshechos de los turistas y otros residuos que llegan por las cañerías; o bien de origen marino, directamente vertidas en el medio marino desde las embarcaciones pesqueras o recreativas, o incluso los residuos de las plataformas petroleras.
Cada año, llegan a nuestras playas unos 10 millones de toneladas de basura, principalmente envases como botellas de bebida y bolsas de un solo uso. Esto afecta gravemente a la biodiversidad, a las poblaciones y a los ecosistemas.
Más de un millón de aves marinas y 100.000 mamíferos y tortugas marinas mueren cada año por ingestión o enmallamiento. Las basuras marinas no solo afectan a los ecosistemas ya la biodiversidad, también suponen un impacto sobre la salud humana debido a las sustancias tóxicas que liberan los residuos o a los problemas derivados de su acumulación en la cadena trófica, en la cual el ser humano se encuentra en la cima.
Como evidencia de esta problemática, ya se han visto contaminados por microplásticos diferentes tejidos humanos: el corazón, la placenta y los músculos son solo un ejemplo del problema de salud que está por venir si no hacemos nada para detenerlo.
Se estima que un 80% de la contaminación marina tiene origen terrestre, y un 20% proviene de vertidos directos al mar.