¿Por qué engulló la ballena al buzo?
11 de marzo de 2019
El animal que ha protagonizado las noticias de la prensa de estos días, es un individuo de ballena jorobada, también conocida como yubarta.
Estos animales, de la orden de los cetáceos, como nuestros delfines o belugas, pertenecen a una suborden diferente que hace referencia a su forma de alimentarse. Los odontocetos como las belugas, los delfines o las orcas poseen dientes que les permiten cazar activamente para alimentarse. Las ballenas o misticetos como la Yubarta, la ballena azul, o el rorcual son animales filtradores.
Es decir, tienen en la boca unas estructuras llamadas “barbas” que filtran krill, y bancos de peces pequeños como el arenque o el capelín, (dos de las especies que comen también los animales del Oceanogràfic València).
Lo sucedido en Ciudad del Cabo (Sudáfrica) se puede interpretar más o menos fácilmente desde un enfoque biológico.
Uno de estos individuos de ballena jorobada asciende para capturar un banco de peces y justo en ese lugar se encontraba el buzo, realizando fotografías de la fauna marina.
Cuando hablamos de que una ballena jorobada puede albergar más de 18.000 litros de agua en su boca (un camión cisterna alberga 4.000 litros como máximo), nos damos cuenta de lo “fácil” que puede ser que el animal no se dé cuenta de la presencia del buzo hasta el proceso de ingestión.
Tragar estas inmensas cantidades de agua les es posible gracias a los pliegues gulares. Pliegues paralelos que van desde la mandíbula inferior hasta su zona media ventral u ombligo, y que les permiten aumentar enormemente su capacidad bucal.
Esta ballena, igual que ocurriría con tantos animales de otras especies (o incluso en humanos), es capaz de identificar que lo que ha ingerido es algo de lo que no se alimenta. En este caso, un humano.
Por lo tanto, el hecho de desechar esa pieza es un acontecimiento totalmente natural y de esperar.
Desde la antigüedad, las yubartas aparecen en libros e historias de marineros. El impresionante espectáculo de estos enormes animales saltando o alimentándose de estas formas tan particulares es, sin duda, el motivo.